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Destino Digital

Episodio 10

Las empresas ante los criterios ESG

En el décimo episodio de “Destino Digital: Conversaciones sobre lo que vendrá” hablamos sobre las empresas ante los criterios ESG y la necesidad de que creen una diferenciación sostenible y amplíen su licencia social para operar.

Para ello, conversamos con Eva Garrell responsable de los programas de Impacto en B Lab Spain, y Ángel Alloza director de Corporate Excellence.

¿Cómo ha evolucionado en los últimos años el concepto de responsabilidad y sostenibilidad empresarial, y qué lo ha impulsado?

Ángel Alloza: En Corporate Excellence llevamos ocho años haciendo una investigación en España y en América Latina denominada “Approaching the future: tendencias en reputación y en gestión de intangibles”. Basándonos en los datos de esta investigación, hemos constatado una evolución del concepto de responsabilidad social al concepto de sostenibilidad. En el último informe de este año, en el ranking de los diez temas que más preocupan y a los que se dedican más recursos, aparece la sostenibilidad.

¿Y qué es lo que ha cambiado? Cuando preguntamos a los directivos y directivas qué entienden por sostenibilidad, lejos de estar en la era de la responsabilidad social, que aparecía como un satélite del negocio, como algo que se hacía, pero que no estaba integrado en el plan estratégico o en la creación de valor, se aprecia que hoy es todo lo contrario: la sostenibilidad está directamente vinculada a la estrategia, al negocio.

Eva Garrell: Hemos visto una evolución tremenda, desde la reactividad a la proactividad, desde la gestión de los riesgos a la creación de impacto. Al fin y al cabo, cuando hablamos de RSC y de ESG, son a veces siglas que, hasta cierto punto, me causan cierta incomodidad. La ‘sostenibilidad’ es una palabra que está en el centro del negocio. Es preciso comprender que no es un satélite, son decisiones estratégicas, implica una concepción distinta. Estamos en el momento de entender cuál es el valor para la empresa y cómo se genera este valor.

¿Qué implica una gestión ESG, en cada una de sus “iniciales”?

Ángel Alloza: Lo implica todo. No puedes concebir el propósito de una empresa que no se nutra de dar respuesta, en su día a día, al cumplimiento y a los compromisos públicos de los criterios ESG. Esos criterios ESG, tomando como variable a explicar la reputación de una empresa, explican más del 40% de la reputación.

Eva Garrell: La sostenibilidad puede ser todo lo intangible y tangible que la compañía quiera. Al fin y al cabo, cuando hablamos de sostenibilidad, muchas veces, hay una respuesta a la regulación.

La ESG atañe al medio ambiente, lo social y el buen gobierno.

Pero yo hablaría de RESG, sumando el concepto de “rentabilidad”. Añado la rentabilidad, porque muchas empresas se centran en el ámbito social y del buen gobierno, aquellas partes que al fin y al cabo tienen mayor poder, que son autónomos porque es el sistema interno de la organización. El buen gobierno atañe a la ética, la transparencia, la diversidad en los consejos de administración y las reglas del juego en la toma de decisiones; es muy tangible. En lo social tenemos la relación interna de los trabajadores, la cadena de valor y proveedores. Pero muchas veces, las empresas descuidan el componente medioambiental.

¿Cómo están usando y definiendo los criterios ESG los agentes de inversión privada a la hora de dirigir sus inversiones?

Eva Garrell: Estamos ante una reestructuración de la economía. Sin la atracción de capital hacia esta transición, solo son palabras​.

Ángel Alloza: Tomemos el ejemplo de BlackRock. BlackRock define cinco criterios: si no cumples los cinco, no eres una empresa elegible para inversión. Algunos criterios tienen que ver con cuestiones que ya existían desde siempre, como la calidad del management. En segundo lugar, advierten de que quieren invertir en empresas con propósito. En tercer lugar, priman las empresas que están alineando los criterios de bonos para los directivos, con criterios financieros y con criterios no financieros. Quieren apostar por empresas que están trabajando activamente en ser socialmente responsables y que sean proactivas en el cambio climático. Y que, además, como sexto criterio, que estén bien gobernadas con ética e integridad.

Desde vuestra visión, ¿cómo impacta la digitalización en el cumplimiento de los criterios ESG?

Eva Garrell: Es un tema complejo. Es evidente que la sostenibilidad sin digitalización es incomprensible y la digitalización sin sostenibilidad tampoco es posible. Son revoluciones gemelas que están sucediendo a la vez en la economía. La digitalización nos tiene que llevar a mejorar la vida a cada uno de nosotros, ese es el propósito. Pero también, es clave el uso eficiente de los recursos. En este sentido, la digitalización en sí ofrece muchas oportunidades, pero es importante comprender que no es inocua en los efectos que hay en el cambio climático. Hay que comprender el uso intensivo de energía y de carbono en la digitalización. Muchas empresas no son conscientes del impacto de la contaminación digital.

Ángel Alloza: Me cuesta mucho pensar en las empresas, en la sostenibilidad y en la digitalización como si fueran verticales. Me parece que es imposible concebir las empresas no digitalizadas, nuestra vida no digitalizada, un mundo no digitalizado. La digitalización es absolutamente transversal y está en todo. Además, tiene enormes virtudes. En relación con los temas de sostenibilidad, claramente hay un movimiento de enormes inversiones para ayudar a la transformación energética y tenemos a grandes bancos con un compromiso clarísimo. Han detectado que hay una enorme oportunidad de negocio para financiar esta transición energética.

Cuando hablamos de negocio, banca y capital, necesitamos métricas y modelos de medición. Claramente, la digitalización está permitiendo monitorizar cómo estás progresando, cuáles son tus avances en cada uno de los territorios que tienes que cubrir y, además, lo tienes que demostrar y reportar sobre ello. En ese reporte también la digitalización proporciona una enorme virtud. Además, la digitalización está ligada a los comportamientos de los seres humanos y los hace más sostenibles y menos contaminantes: digitalización en movilidad, digitalización en trabajo a distancia, etc.

¿En qué fase se encuentran las pymes españolas en cuanto a aplicación de criterios ESG? ¿Qué paso a paso deberían seguir?

Eva Garrell: La situación de la pequeña y mediana empresa en términos de sostenibilidad, ahora mismo, en España, no es buena. Citando a los datos de 2022 de Climate Strategy, en España, 5 de cada 10 pymes no tienen una estrategia de sostenibilidad, no tienen un plan de acción respecto al cambio climático. Están sin rumbo. Sin estrategia no sabes el foco, no sabes dónde miras. Pero en la pequeña y la mediana empresa, a diferencia de las grandes, sus impactos no son tan grandes, no son tan significativos, no son tan complejos. Por tanto, su medición, a pesar de los retos, resulta factible y no requiere de enormes inversiones.

Ángel Alloza: Es más fácil implantar transformaciones que tienen un sentido de sostenibilidad en una organización pequeña, comparada con la complejidad de las grandes organizaciones. ¿Qué hace falta? Algo que ya tienen las empresas pequeñas, que es, en muchos casos, la convicción, porque los fundadores están y trabajan ahí.

Para las pequeñas empresas, aunque no están obligadas a cumplir criterios ESG, su supervivencia está vinculada a formar parte de la cadena de proveedores de las grandes empresas. Y las grandes empresas, para cumplir con los criterios del regulador, hacen un filtro entre los proveedores. Este filtro es un filtro de sostenibilidad.

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