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Destino Digital

Episodio 09

La innovación en los derechos de las personas en una sociedad digital

En el noveno episodio de “Destino Digital: Conversaciones sobre lo que vendrá” hablamos sobre el papel de España en relación con la protección de los derechos digitales y la diferencia existente en esta materia entre China, Estados Unidos y Europa. Además, abordaremos la regulación de la Inteligencia Artificial y de las futuras tecnologías de la comunicación.

Para ello, conversamos con Ofelia Tejerina, presidenta de la Asociación de Internautas, y Esther Paniagua, periodista independiente y autora especializada en tecnología y sociedad.

¿Cómo pueden las personas proteger sus derechos digitales en el día a día?

Esther Paniagua: Primero conociéndolos y, después, exigiéndolos. Diría, también, que eligiendo y desconfiando. Eligiendo los sistemas que nos ofrezcan más seguridad, más privacidad y estando alerta de que siempre hay gente que está intentando suplantar la identidad. Hay que tener cierta desconfianza online.

Ofelia Tejerina: Si no conocen que los derechos que ya tienen adquiridos por tener una ciudadanía en un estado de derecho, se pueden tener también en el mundo digital, es que vamos muy tarde a todo. Es algo que debería estar interiorizado. Este es uno de los trabajos que pretende acometer la Carta de Derechos Digitales, poner sobre la mesa que esto existe y que, también, está garantizado por las normas. También como carta de navegación para el legislador, de forma que cada vez que elabore una nueva norma, tenga en cuenta la perspectiva digital. Y habría que pedirle cierta responsabilidad al ciudadano.

¿Cómo abordar los derechos digitales de las instituciones? ¿Hace falta un nuevo paradigma público de ordenación jurídica?

Ofelia Tejerina: Las instituciones tienen el papel esencial de estar ahí cuando las necesitamos y de crear un estado de confianza. El problema que tenemos con el mundo digital es que juega, también, a hacer que desconfiemos de las instituciones. Esta desconfianza en las instituciones, puede llevar incluso al cambio de régimen político de un país. Las instituciones tienen que ocuparse de que confiemos en ellas, tienen que darnos las garantías necesarias, pero no solo con una ley: también con mecanismos procesales con los que aplicar la norma, y lugares donde solicitar que se ejecuten las decisiones que la Administración ha adoptado. Hacen falta recursos para aplicar la justicia digital.

Esther Paniagua: También se necesita formación, incluida formación de las Fuerzas de Seguridad, para velar por el cumplimiento de las normas. Es necesario además crear nuevas regulaciones y derechos que puedan ser complementarios, o extensiones de derechos ya existentes que, a lo mejor, aclaren el ámbito digital: derecho a la desconexión digital, derecho al olvido, etc.

Ofelia Tejerina: No se trata solo de formar a las instituciones, sino también, que las instituciones nos formen a nosotros. Por ejemplo, la reforma de la ley de protección de datos exige que se imparta formación en privacidad, y no se está haciendo con la intensidad con que se debería. Aquí me gustaría destacar el papel de instituciones como la Agencia Española de Protección de Datos, o el Incibe, que están esforzándose por llegar a las familias. La propia Carta de Derechos Digitales es un ejemplo de difusión… pero aún queda mucho trabajo en materia de formación digital.

¿Cómo podría la sociedad civil tomar una participación más activa en lo relacionado con los derechos digitales?

Esther Paniagua: Las instituciones tienen que facilitar que la ciudadanía pueda contribuir. Es fundamental, una vez que la ciudadanía haya aportado ese feedback, integrar estos comentarios.

Ofelia Tejerina: Estamos en una situación en la que nunca hemos tenido tan buen acceso a puntos de comunicación y a puntos de queja. Esto es Internet y las redes sociales. Podemos reclamar, y debemos hacerlo: reclamar formación, garantías, seguridad en el uso de tecnología… Podemos beneficiarnos de numerosas subvenciones para la transformación digital, hay ayudas… Deberíamos también exigir que sea fácil acceder a ellas.

¿Qué papel está desempeñando España en la innovación de derechos digitales?

Ofelia Tejerina: La Carta de Derechos Digitales nos trae un buen abanico de ideas para garantizar cómo vamos a convivir y a sobrevivir en el mundo digital. Y estamos siendo un referente en esta materia para Latinoamérica.

La Carta de Derechos Digitales es un buen documento, en el que no solo se plantean cosas que ya están reguladas, sino que además pone sobre la mesa, lo que nos viene en el futuro, estamos hablando de la Inteligencia Artificial y de neuroderechos, como el impedir que la tecnología pueda anular la voluntad del ser humano.

Esther Paniagua: Yo iría más allá de la Carta de Derechos Digitales porque en España tenemos normas pioneras relacionadas con estos derechos, como es, por ejemplo, la obligación hacia las empresas para que sean transparentes en el uso de algoritmos o sistemas de automatización que afectan a sus trabajadores. También, somos pioneros en otros aspectos como el derecho a la desconexión digital, en Europa solo hay cuatro países que lo tienen: España, Bélgica, Francia e Italia. Se acaba de abrir en Sevilla el Centro de Transparencia Algorítmica de la Comisión Europea, y A Coruña albergará la Agencia Española de Supervisión de la Inteligencia Artificial. Son todo buenos ejemplos.

¿Cómo integran la digitalización en la sociedad y en la economía EEUU, Europa y China?

Esther Paniagua: China no aborda los derechos digitales. La concepción de China es la de garantizar la seguridad y bajo esta escusa de garantizar la seguridad, acomete vulneraciones de derechos, censura, etc. El problema es que está tratando de exportar ese modelo de autocracia y de límites digitales, con esa gran muralla digital que construyó en 1997. Además, tiene mucho poder porque está invirtiendo mucho en el sur global y hay muchos países que dependen de China en cuanto a estructura física, como digital.

Pero, por otra parte, aunque sigue habiendo muchas fricciones entre Estados Unidos y Europa en materia de privacidad, creo que, cada vez, va a haber más un acercamiento y, tal vez, sea a través de la Inteligencia Artificial. Creo que, cada vez, va a haber más un acercamiento y, tal vez, sea a través de la Inteligencia Artificial. Porque somos conscientes de como Estados Unidos está viendo que Europa está por delante y, siguiendo la estela de Europa, quieren regular la Inteligencia Artificial.

Ofelia Tejerina: Lo que tiene Europa frente a Estados Unidos y China es lo mejor de las posibilidades que ofrece la tecnología en el control de ciudadanos y en asegurar un Estado de Derecho de una forma eficiente. A China le importa más la seguridad del estado que la seguridad de sus ciudadanos, a través de la utilización del falso dilema de privacidad-seguridad, por encima del bien y del mal. Estados Unidos también sigue esta estela pero más cínico.

En Europa, la privacidad que engloba, en España: el secreto de las comunicaciones, la intimidad, la protección de datos y la inviolabilidad del domicilio. Esto lo tenemos perfectamente claro y se ponen límites. Si me dan a elegir entre los tres estados, yo me quedo con el conjunto de estados que formamos Europa, que nos estamos tomando las cosas más en serio y estamos sopesando los riesgos a los que nos enfrenta la tecnología.

¿Cómo podemos abordar esta nueva etapa de digitalización con tecnologías como la IA desde las instituciones? ¿Sería necesario idear un modelo de gobernanza global en materia de IA y derechos digitales?

Esther Paniagua: No tiene sentido paralizar seis meses la investigación en modelos avanzados de inteligencia artificial. Lo que realmente tiene sentido y efecto, más allá de prohibir el desarrollo de nuevos modelos o las investigaciones, es impedir su despliegue hasta que se sepa y se garantice, que no va a vulnerar esos derechos, que no va a ser de alto riesgo y que su despliegue es seguro. Yo abogo por la creación de una alianza democrática por la gobernanza digital, como contraposición a los modelos autocráticos, con una zona de comercio digital que fije estándares y límites.

Ofelia Tejerina: Un sistema de gobernanza mundial único, uniforme, es prácticamente imposible. Ahora bien, que un montón de países, cuantos más mejor, se adhieran a una serie de principios, sí es factible, y es deseable. No es fácil, el reto es brutal, pero sobre eso debemos trabajar. A medio plazo veremos el resultado.

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