Episodio 04

Paloma Vila: Sí, en cierto sentido: la sociedad es cada vez más consciente porque contamos con referentes a nivel nacional que están inspirando a las nuevas generaciones y fomentando el emprendimiento. Pero queda mucho por hacer en el imaginario que la sociedad tiene sobre el emprendedor. Se piensa que el emprendedor es un chico con sudadera, friki y en un garaje, que quiere montar una empresa para venderla y dar un pelotazo, cuando en realidad tenemos muchos ejemplos que demuestran lo contrario: emprendedores que tras un exit, con la liquidez obtenida vuelven a emprender o montan fondos de capital riesgo para volver a invertir esa liquidez en el ecosistema.

Miguel Arias: Es importante también tener en cuenta que aunque la startup está en el imaginario colectivo, de ahí se está dando paso a scaleups, donde el emprendedor ha escalado a compañías que facturan millones de euros, que son fuente fundamental de empleo y riqueza para el país, con un tamaño similar a compañías del IBEX. Un estudio de la UE prevé que en los próximos años se van a generar 3 millones de empleos por cada scaleup en Europa, empleo cualificado y bien remunerado. La oportunidad es enorme y es lo que la sociedad necesita.

Paloma Vila: Paradójicamente, a pesar del alto paro juvenil que hay en España, los fundadores de scaleups nos dicen que uno de los mayores retos es la captación y retención de talento tech, mientras en paralelo bajan los estudiantes en STEM.

Miguel Arias: Llevo casi 20 años en el ecosistema, antes emprender era casi un hobby o un trabajo part time, pero ahora los emprendedores tienen acceso a financiación y talento, y se ha consolidado una visión de mercado más global, internacional, en el que se apuesta por crear campeones globales. Implica un cambio brutal de mindset. Esto genera muchas oportunidades, pero nos falta creérnoslo un poco más, aprender de los modelos de los que ya lo han conseguido, y escalar. Pero falta financiación para los proyectos, que sí existe en Francia, Alemania y países nórdicos: cuando hay más fondos locales, se genera también más empleo local.

Paloma Vila: Ha influido también que antes los referentes había que buscarlos fuera: Tuenti, por ejemplo, tuvo que buscar modelo en Silicon Valley, escaló y vendió. Y la gente cree que ahí acaba la historia de Tuenti. Pero no: sus fundadores crearon otras empresas, invirtieron en otros emprendedores y crearon un ecosistema con un efecto multiplicador: de ahí surge Jobandtalent. De Cabify han surgido también más de 40 compañías fundadas por ex empleados, de Globo más de 20… Ahora estamos viendo los frutos de lo que pasó hace 15 años.

Miguel Arias: Se han desarrollado redes de pares de confianza, la gente ha aprendido a escalar, y cuando has vivido ya esa evolución, al montar una nueva empresa puedes acelerar el siguiente paso. El ciclo virtuoso se reproduce. Una scaleup puede ser el germen de muchas scaleups en el futuro.

Miguel Arias: El inversor tiene que ayudar hasta donde puede, aportar financiación, el acceso al talento y esa visión transversal, que cambia en cada fase: en la fase inicial es importante seleccionar bien a quién incorporas al proyecto, a quién fichas; para crecer tienes que saber cómo salir al mercado internacional… Hacen falta inversores diferentes para cada fase. Hasta hace poco solo encontrábamos inversores para capital semilla, ahora también hay para las fases siguientes.

Paloma Vila: En España es importante destacar en la fase de creación el rol de entidades públicas como Enisa, que acompañan a fundadores y startups en todas sus fases, no solo en la creación, también en el crecimiento e incluso hasta la Oferta Pública Inicial (IPO) de acciones.

Miguel Arias: Cierto, el papel de entidades públicas como ENISA o ICO es fundamental, en contra de la idea de burocratización que puede tenerse, son clave para acompañar. La función pública ocupa un espacio distinto a la privada y ejerce efecto tractor.

Paloma Vila: Para lograr escalabilidad es preciso contar con una ventaja competitiva clarísima que te permita, apoyado en tecnología, lograr un crecimiento muy rápido que te lleve a traspasar las fronteras de tu país. Estamos en la buena dirección, pero aún se puede hacer mucho más. Hasta hace poco, estábamos más concentrado en ayudar a la creación pura, y no en hacer crecer. En Endeavor estamos enfocados en este tipo de empresas, con capacidad de crecimiento. Los tres pilares en los que Endeavor les ayuda son: talento (tecnológico y directivo), acceso a capital y acceso a mercados.

Miguel Arias: Añadiría dos pilares más. Por una parte, la tecnología como factor diferenciador, el acceso a plataformas tecnológicas sobre la que montar un modelo de negocio, en tu país: en este aspecto, en España el acceso a fibra óptica representa una ventaja diferencial. Y también es clave la regulación, son necesarias reglas de juego que permitan a estas compañías ser campeones, y que entiendan los retos de las scaleups.

Miguel Arias: Yo llevo año y medio ejerciendo como inversor, y siento una gran responsabilidad sobre las generaciones futuras. Como inversores, tenemos un gran privilegio, pero también una gran responsabilidad: las tecnologías pueden servir para optimizar redes energéticas con inteligencia artificial, mejorar la movilidad en las ciudades… El retorno social es igual de relevante que el económico, hay que incorporar los criterios ESG by design. Es preciso que los emprendedores piensen en cómo impactará su compañía cuando llegue a escala global, para potenciar ese efecto positivo.

Paloma Vila: Si alguien puede solucionar de forma ágil problemas reales, son las startups. En Endeavor lo vemos a diario: el emprendedor sin un propósito claro no triunfa, se queda en el camino. Wallbox nace con el objetivo de electrificación de la flota, Colbin elimina a intermediarios en la flor cortada y evita que se marchite, Convida está dando trabajo a mujeres en entornos rurales.